SI SIENTES MIEDO A CONDUCIR, ESTO TE PUEDE INTERESAR

No es ninguna novedad tener miedo a conducir o sentir amaxofobia, hay varios indicadores que reflejan esta emoción y dependiendo de cada persona, puede limitar más o menos el día a día.

Hay personas que aceptan esto que les sucede, deciden que la conducción no es para ellos y hacen su vida normal como otras que, por diferentes circunstancias, deciden no sacarse el permiso de conducir. No a todo el mundo le tiene porque gustar conducir o le tiene que hacer falta tener un vehículo.

Sí nos podemos centrar en aquellas personas que no aceptan su situación y la quieren cambiar, las que ya han probado varios procedimientos y no han funcionado o personas que tienen la ilusión de mejorar su situación, pero no se atreven a dar el paso.

Según diferentes estudios, la amaxofobia o miedo a conducir es más habitual de lo que pensamos, uno de cada tres conductores la sufre y a muchos de ellos le limita su vida personal o profesional. Se reconocen diferentes factores que lo producen y se manifiesta de diferente manera en cada persona.

Hay personas que lo sufren después de verse involucrados en un accidente de tráfico. Otras, por una mala experiencia al aprender a conducir o justo después de haber obtenido el permiso. Algunas personas, lo sacaron para ponerlo en el currículum y no han vuelto a conducir desde entonces. Existen personas que, por falta de medios, no pudieron adquirir un vehículo y por tanto no tuvieron la posibilidad de seguir practicando o simplemente en ese momento no les hizo falta. Personas que ya sentían ese miedo y decidieron obtener el carné pero siguen manteniendo la emoción.

En otras personas, su grado de responsabilidad subió creando un miedo irracional a la circulación. En otras, su grado de confianza y autoestima ha bajado a niveles donde piensan que no son capaces de afrontar el manejo de un vehículo, ya sea por una mala experiencia conduciendo o por sus dificultades en el día a día que también afecta a la conducción. También es posible que el vehículo haya sido el escenario de algún ataque de ansiedad o de pánico, producido por la conducción o no, anclándose la emoción, produciéndose el temor de que vuelva a repetirse de nuevo. Estas son solo unas cuantas experiencias, si nos pusiéramos a preguntar, nos encontraríamos con más casos diferentes a los mencionados.

Como vemos, el miedo a conducir no sigue un mismo patrón y por tanto no se debería tratar de la misma manera. Cada vez aparecen nuevas formas de gestionar esta situación y todas pueden ser muy válidas si se usan adecuadamente.

El miedo a conducir se suele trabajar de las siguientes maneras:

  • Autoescuelas
  • Psicología
  • Coaching
  • Programación neurolingüística (PNL)

Seguro que habrá otras disciplinas que también trabajen esta situación, pero creo que estas suelen ser las más utilizadas. Luego existen métodos donde combinan todas o algunas de ellas. Yo personalmente introduzco en la formación vial, el coaching y la PNL.

Todo puede funcionar siempre que se adapte a cada situación, porque cada cliente es diferente y su objetivo o su origen es único. Por ese motivo no se debe meter a todos los clientes en el mismo saco y ofrecerle la misma solución, no se debe tratar igual a una persona que haya sufrido un ataque de ansiedad, un accidente de tráfico o lleve veinte años sin conducir.

Es responsabilidad del especialista informar y ofrecer lo que mejor se adapte al cliente, pero también es responsabilidad del cliente informarse de las diferentes opciones que tiene, antes de invertir su tiempo y dinero en algo que puede ser importante y que a lo mejor está limitando su día a día.

En este tiempo que vivimos de confinamiento se están ofreciendo miles de formaciones online, algunas de ellas con recetas milagrosas que prometen solucionar la vida de todo aquel que lo contrate. Algo que debería tenerse en cuenta, es que las varitas mágicas y las lámparas maravillosas no existen. La vulnerabilidad, la ilusión o la desesperación pueden convertirse en el enemigo perfecto. Confiar a ciegas en programas y métodos, en algunos casos lo que se conseguirá es que la autoestima, confianza, ilusión o fuerza para conseguir el objetivo baje a nivel del suelo, creyendo entonces, que ya no existirá nada que logre cambiar su situación.

Llevo unos cuantos años trabajando como profesor de formación vial y ayudando a las personas que tienen algún tipo de necesidad dentro de la conducción. Según mi experiencia, no existe un número fijo de sesiones prácticas o de conversación que le garantice que su miedo desaparecerá. Desconfíe de las ofertas que aseguren que con equis sesiones o que, con estos pasos, superará su miedo a conducir porque esto no funciona así. ¿Cómo alguien que no le conoce y no sabe nada de su caso le puede asegurar eso? Como ya he comentado antes, hay infinidad de casos diferentes sobre esta situación y cada persona lo vive de manera única.

Mi consejo es que antes de decidirse por una opción o un método, estaría bien explorar el mercado. Tenga una cita con el especialista, puede ser presencial, telefónica o vía online. Conocer cuál es su situación y que método o métodos utiliza el especialista, facilita encontrar su mejor opción. Puede ser que se necesiten unas clases de reciclaje o trabajar primero a nivel interno antes de pasar al vehículo. ¿Se puede superar el miedo a conducir? Por supuesto que sí, lo que hay que tener claro, es que necesitará un compromiso consigo mismo, esfuerzo y dedicación. Todo reto requiere un trabajo, pero los beneficios que conseguirá, hacen que ese trabajo merezca la pena.

Por ultimo le aconsejaría que no gaste su tiempo y dinero en probar soluciones milagrosas. Ya sabemos que conducir un vehículo es algo muy serio y no solo está en juego su seguridad, su vida y la de los suyos, sino la de muchas otras personas con las que se cruzará en su día a día, piénselo.